- Verificar que el carbón sea de buena calidad y que no esté húmedo
- Evitar utilizar cualquier tipo de líquido o crema inflamable para el encendido, por dos razones: la primera y más obvia es el riesgo de que las llamas se salgan de control, y la segunda es que así es como se producen indeseables reacciones químicas que hacen tóxico el carbón, además de impregnarlo con su olor.
- Conseguir una botella de vidrio mediana que puede ser de cerveza, vino, etc., y se coloca en el medio de la base de la parrilla
- Separar los pliegos de papel de un diario de formato grande y enrollarlos. Uno por uno, vamos rodeando y amarrándolos a la botella hasta cubrirla, de abajo hacia arriba, desde la base hasta el cuello.
- Colocar los pedazos grandes y medianos del carbón alrededor de la botella hasta el cuello.
- Extraer con cuidado la botella, de manera que sólo queden los rollos de papel dispuestos en forma de anillo y el carbón alrededor
- Encender el papel en tres zonas distintas y vertemos las partes más pequeñas de carbón lentamente, hasta llenar el hueco dejado por la botella.
- No hacerle aire hasta que el papel coja fuego y se consuma. Conforme se vaya agotando el carbón interior, se pueden ir añadiendo algunos pedazos medianos
- Se coloca la rejilla debidamente limpiada y aceitada, y se espera de cinco a diez minutos antes de colocar la carne.